En determinadas ocasiones, se entremezclan los conceptos de eficiencia energética edificatoria con el de construcción sostenible.

Cuando se hace referencia a la sostenibilidad, rápidamente se viene a la mente el medio ambiente, fusionando ambas palabras, en lo que se conoce como sostenibilidad medioambiental o ambiental. Pero el concepto sostenibilidad es más amplio, englobando también otras dimensiones, como son la económica, la social y la cultural. Igualmente, aunque el concepto de sostenibilidad es global, se centra en lo local, adaptándose a las características intrínsecas de cada lugar.

A nivel constructivo, la sostenibilidad se inmiscuye en la propia concepción y explotación del edificio, procurando minimizar el consumo de recursos energéticos y no energéticos, y el impacto sobre el ambiente, así como fomentando el reciclado y reutilización de los recursos, en aras a proteger el medio ambiente.

La eficiencia energética edificatoria, por su parte, está ligada al consumo energético del edificio durante su explotación y uso. Como disciplina, puede integrarse dentro de la sostenibilidad, teniendo en cuenta que esta última posee un ámbito de actuación más amplio. Para tener claras las diferencias entre eficiencia energética y sostenibilidad en el ámbito del sector edificación, ha de atenderse a las siguientes definiciones:

• Edificio energéticamente eficiente: es aquél cuyo consumo energético es muy bajo (normalmente está limitado), y en buena medida dicho consumo es satisfecho mediante el empleo de energías renovables. Lo que se persigue es la optimización energética en el periodo de uso del edificio, pero no tiene en consideración el consumo de energía empleado en la construcción del edificio (energía embebida), ni tampoco el uso de otros recursos no puramente energéticos (agua, suelo…).
• Edificio sostenible: es aquél que satisface unos criterios de sostenibilidad, no sólo ambiental, sino también económica, social y cultural (las cuatro dimensiones que componen la sostenibilidad global). En un edificio de estas características, se ha realizado un análisis de impacto a una escala mayor, considerando el consumo de recursos energéticos e hídricos, el empleo eficiente de las materias primas, la generación mínima de residuos y productos contaminantes, la utilización de la cantidad mínima de tierra, la integración con el entorno natural, la satisfacción de las necesidades presentes y futuras de sus usuarios, y la creación de un ambiente interior saludable; así como la integración del propio edificio en el contexto económico, social y cultural del entorno en el que se inserta.

De lo anterior se deduce que la eficiencia energética edificatoria hace hincapié en la toma de medidas y estrategias que, por un lado, contribuyen a reducir el impacto ambiental de los edificios, ya que al disminuir o limitar el consumo energético de los mismos, se provoca el mismo efecto en las emisiones de gases de efecto invernadero; y, por otro lado, contribuyen a reducir también el impacto económico, ya que disminuyen la dependencia energética externa, al tener unos consumos energéticos (y, por ende, unos costes económicos) sensiblemente inferiores, redundando en una mayor seguridad económica. En lo que sí incide en una menor medida la eficiencia energética es en la sostenibilidad social y cultural.

© Luis Gala González

Arquitecto y Project Manager (PMP® & ACP®) Especialista en Eficiencia Energética e Instalaciones